Siempre me gustó la forma oval. Comencé realizando cofres y otros objetos decorativos con forma de huevo, pero en papel maché. Me pidieron decorar la vidriera de una joyería, y me encantó la idea de hacer cofres con forma de huevo. El trabajo fue arduo!! Armar, lijar, enduir, hasta que quedaran lisos, luego cortar, decorar, etc. Quedaron muy lindos con collares y anillos dentro y alrededor de cada cajita. Pero decidí que podría hacer algo parecido con huevos. Así surgió la idea de conseguir huevos de ñandú y en Salta había criaderos. Aprendí a usar el torno y comencé a calar, cortar … luego pintar y decorar.
La preocupación del cuidado para no romper una cáscara, se hizo cada vez mayor. Así que comencé a probar distintos materiales. Finalmente inventé una mezcla de polímeros que coloco en cada pieza, después de calar, cortar y limpiar muy bien. Solucionado un problema grande! Esta mezcla contribuye a que las cáscaras sean más fuertes y se puedan trabajar tranquilamente. Si se caen, se “abollan” como la chapa de un auto pero no se desarma y tiene solución!!
Otro desafío fue trabajar con cáscaras de huevos de avestruz. No hay en Argentina, así que compro en el exterior. Es mucho mas gruesa y hay que usar otros accesorios pero es muy placentero, porque tiene el grosor justo para poder fresar, además de calar.
La otra preocupación fue la base donde colocar cada objeto realizado con cáscara de huevo. No había opciones en el mercado y había que usar la imaginación. Las primeras fueron los acrílicos o bases donde se colocan los anillos o joyas para exponerlos. Luego conseguí un herrero que hacía los diseños que yo le dibujaba. Hasta que comencé a trabajar la alpaca y la plata. Y me apasionó el metal!! Tuve que aprender varias técnicas y porsupuesto tomar clases con un artesano platero, muy reconocido en mi ciudad. Aún tomo clases con él, hay mucho para aprender!
La imaginación constante, las técnicas aplicadas en cada pieza, la creación de objetos de arte todos diferentes, hacen que mantenga la mente en un constante desafío!!
LA TRADICIÓN DE LOS HUEVOS DE PASCUA
El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios, quienes acostumbraban regalarse en ocasiones especiales, huevos decorados por ellos mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo era el huevo que estuviera mejor pintado. Ellos los ponían como adornos en sus casas.
El huevo simboliza la vida y está ligado a la celebración de la primavera (en el hemisferio norte), con el culto de la fertilidad, la cosecha, el amor y la procreación. Un hermoso regalo de símbolo cristiano y con nuevos significados, de los deseos de amor, felicidad y bien estar.